Hoy ha estado el día muy gris, amenaza tormenta, pero no es algo que me preocupe. Me encantan las tormentas. Solo tienen una pega, la gente evita salir de noche.
Me pongo eufórica al ver el cielo nocturno iluminarse y espero con ansia escuchar como lo resquebraja el trueno. Aunque hoy no me queda otra que esperar, bajo la lluvia, a que algún rezagados regrese al calor de un hogar al que nunca llegará.
No se preocupen, yo no me mojo. La capa de grasa que recubre mi piel evita que el agua me perjudique y, aunque no necesito llevar ropa, esta moderna impermeable es muy eficaz. Ya no es como antiguamente, que terminaba dando un aspecto desarrapado cuando se calaban aquellos faldumentos. Es una de tantas pegas que veo a este aspecto humano que me ha tocado, tengo que taparme para pasar desapercibida, por no hablar de la moral mojigata para reproducirse. Esto es algo que no termino de entender, así que reprimir el hambre por convicciones éticas o religiosas, me resulta totalmente inexplicable.
No es que yo sea amoral, simplemente si tengo hambre, como y cuando toca reproducirme, elijo macho. Es lo lógico.
Hoy está tocando esperar demasiado y con esta tormenta se me están despertando todos los instintos, no solo el hambre. Si tarda mucho en aparecer alguien será más doloroso para ambos.
Ah, ahí viene… ¡un macho! Estupendo, mataré dos pájaros de un tiro. Tendré que salir de caza toda la semana para alimentarme por dos, pero valdrá la pena.
-Hola, buenas noches, caballero.
-Buenas noches, señorita.
-¿Podría indicarme el camino al Hostal Santa Bárbara? Estoy alojada allí pero con este tiempo no consigo orientarme.
-¡Qué casualidad! Me dirijo hacia allí también, acompáñeme bajo el paraguas, que se está poniendo usted pérdida.
“Ahora o nunca. Calleja oscura, el tópico ideal”
-¡Aaaah…!¿Quién eres maldito?
-¿Acaso, con los años, has olvidado que tú también debes cuidarte de depredadores, Diabla? Las tormentas te obnubilan los sentidos.
-Pero… pero… Creí que os habíais extinguido, hace siglos que no sé de ninguno de vosotros. ¡Maldito, Demonio Celeste!
-Hace lustros que sigo tu olor. Es MI momento. Serás mi hembra y tu descendencia será nuestro alimento durante años; cuando ya no puedas procrear, me servirás de abrigo. Eres mi jubilación.
Para los #relatosTormenta de Divagacionistas.
Febrero 2021