«Vaya, y ahora ¿hacia dónde?. No veo el camino con esta niebla y mi vida pende de un hilo… de un cable, más bien, sobre todo siendo un cable de alta tensión».

Paty se quedó parada en medio de la nada, esperando un poco de aire que aventara la niebla, por lo menos, a la altura que se encontraba.

Como a seis metros por debajo de ella, los perros ladraban, también a la nada, pues nada podían ver, sólo intuir a su presa. Los que se dejaban guiar por los perros estaban aún más perdidos.

—Bueno, Malcolm, parece que nuestra búsqueda termina aquí. No creo que la encontremos con esta niebla tan espesa. Ni los perros dan pie con bola. Míralos, ladrando hacia arriba, como tontos.

—Eso parece… No sé Pit,  es muy raro que pierdan el rastro, pero tienes razón. Habrá que avisar al Patrón y a ver quién es el valiente. ¡Si la teníamos cercada! ¿Dónde se habrá escondido, la muy puta?. Tiene que estar cerca, no puede haber ido muy lejos, sin conocer los alrededores.

Paty oía hablar por debajo de ella, pero no llegaba a entender lo que decían. «Ojalá se rindan», pensó empezando a cansarse de estar en la misma postura.

Un pájaro se posó junto a ella, ajeno a los ladridos y la conversación de abajo. «Ahora que vengan en bandada y pierda el equilibrio, no me faltaba más que eso. Aunque bien pensado, prefiero morir estampada contra el suelo, que a manos de esos imbéciles retrasados»

—Vámonos, gente, ahora no tenemos nada que hacer. La zorra no tiene por dónde salir. -dijo Pit- Aún no ha amanecido y es probable que en un par de horas podamos continuar. Tened los jeeps preparados por si se adelanta la búsqueda. Ahora, ¡a desayunar!.

Desde arriba, Paty oyó un «Vámonos» que le sonó a gloria.

Volvió hacia atrás. Cinco pasos sin tambalearse un solo milímetro. Otros cinco y estaría de vuelta en la torreta. Se sentó a horcajadas en unos travesaños de la estructura a descansar, cuando escuchó un tiro de un arma de gran calibre. No tuvo tiempo de reaccionar, se quedó así, sobre el frío travesaño, con la cabeza apoyada en una de las vigas de la torreta mientras del agujero de su frente manaba un hilo de sangre.

Para Divagacionistas y los #relatosEquilibrio.

Diciembre 2022

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